No es la corona esa joya que lleva sobre su cabeza. Su cuerpo entero la hace reina. No sé si es literal, pero es la idea.
Y su voz de reina. Su voz de madre. Su voz de niña. Su voz de mujer. Stella Matute es una actriz tan prodigiosa que es todas ellas por separado y al unísono. Y mucho más. Porque uno ve y escucha a Gertrudis y aparecen la brutal decadencia del Rey, la servicial fidelidad de Polonio, la dulzura de Ofelia, la seducción revelada de Claudio, la vehemencia juvenil del Príncipe.
Ver la historia desde los ojos y las vísceras de esta mujer, desde su vientre protagonista, desde su piel estremecida, resignifica y agiganta el clásico. Lo vuelve más universal aún. Gran texto de Fernando Musante. Dirección exquisita de Santiago Doria. Y Matute. Talentosa, sensible, profunda. Uno celebra cada palabra, cada silencio, cada suspiro. Todo es verdad en escena, si ella está ahí.
No se pierdan Gertrudis, por favor.
(RAÚL DELGADO)
No hay comentarios:
Publicar un comentario